Héroes de la Tierra #02: El guardián del pueblo

Hoy en Noticias Directo WebTV regresamos con la segunda entrega de la serie documental y periodística de ‘Héroes de la Tierra’ con el título de ‘El guardián del pueblo’. Si inauguramos estos contenidos con un reportaje sobre el conocido fantasma de Kyiv hoy llevaremos a nuestros seguidores a un lugar situado a miles de kilómetros, a Vietnam. Este país, conocido por su resiliencia y valentía frente a invasores externos, como pudieron comprobar los chinos, norteamericanos, franceses e, incluso, los mongoles, fue uno de los puntos de conflicto durante la batalla por la Tierra.

Los espectadores podrán recordar como durante la increíble batalla que transmitió en directo nuestra compañera, María Luces, desde Sevilla, realizamos diferentes conexiones y compartimos imágenes de otros puntos del globo donde las fuerzas de asalto planetario hekkar atacaron. La capital de Vietnam, Hanoi, fue una de las urbes que se vio inmersa en la pesadilla de hacer frente a la amenaza alienígena tan solo con sus propios medios. No olviden que mientras que en España se concentraron buena parte de las fuerzas coordinadas por el Centro de Defensa de la Tierra y la Valhalla, en el resto del planeta cada nación tuvo que valerse con sus recursos y tecnologías.

Seguramente a estas alturas muchos hayan visto las grabaciones y testimonios de ese día en Hanoi. Las arañas sobrevolando el famoso West Lake, la población civil combatiendo a la desesperada, mano a mano, junto a los militares. Los predadores hekkar sembrando el pánico en los callejones o la resistencia última para proteger el icónico mausoleo de Ho Chi Minh. Tras más de cuarenta años de paz, los vietnamitas tenían la esperanza de que no tendrían que volver a sufrir los estragos de la guerra. ¡Y menos de una galáctica!

Teniente Ngoc Khánh del Alto Mando de la Policía de Guardia con sus hombres durante la batalla por la Tierra en Hanoi. Relato extendido de La marca de Odín: Ragnarok.
Teniente Ngoc Khánh del Alto Mando de la Policía de Guardia con sus hombres en los momentos previos a la batalla por la Tierra en Hanoi.

Para traer más luz a lo ocurrido en Hanoi y Vietnam, hemos podido hablar con uno de los héroes de esa jornada épica. Se trata del teniente del Alto Mando de la Policía de Guardia de Vietnam, Ngoc Khánh. Su rostro puede que les resulte familiar, por el vídeo viral en el que él y sus hombres salvaron a un grupo de niños de un predador hekkar.

—Teniente Ngoc, ¿qué pasó por su cabeza cuando decidieron enfrentarse a ese monstruo ustedes solos sin armamento avanzado?

—En ese momento es imposible pensar, no hay tiempo. Uno tiene que aplicar todo su entrenamiento y lo aprendido a lo largo de los años para reaccionar. Nuestra prioridad era salvar a los niños de la escuela antes de que esa bestia los encontrara. A pesar de nuestra inferioridad en armamento contábamos con la ventaja de conocer el terreno, así fue como logramos hacer caer al monstruo en nuestra trampa.

—Según tengo entendido, fue a coste de perder a varios de sus compatriotas. Cualquier otro habría huido para salvar la vida. En cambio, ustedes asumieron sacrificarlo todo…

—Así es, muchos de mis compañeros, amigos, hermanos de armas… Veo sus caras cada vez que intento cerrar los ojos al dormir –sus ojos se humedecen–. Todos teníamos familias, hijos, niños como los de esa escuela que pensaron que estarían a salvo ahí. Jamás me habría perdonado si hubiesen muerto por el egoísmo o cobardía de alguien. El tío Ho nos inculcó unos valores fundamentales con los que defender a nuestra familia, tierra y país no es una elección, sino una necesidad.

—Han pasado más de 25 años desde el último conflicto en Vietnam tras el fin de la llamada Guerra sino-vietnamita. Desde entonces Vietnam ha experimentado una modernización notable, con nuevas generaciones que jamás han visto la guerra con sus propios ojos. Cualquiera habría dicho que su pueblo no iba a estar preparado para un evento así. Por el contrario, Vietnam se ha tomado como ejemplo de gran coordinación entre los estamentos militares y la población civil. ¿Cómo es posible?

—De nuevo debería traer a colación las enseñanzas del tío Ho, pero sería injusto si me limitara a solo él. Su legado marcó la conciencia de nuestros líderes en el Partido del Pueblo y, aunque la obsesión de Vietnam ha sido la de poder vivir en paz para siempre, no olvidamos nuestro pasado, nuestra historia. Aunque usted pueda pensar que nuestros jóvenes solo puedan estar pensando en divertirse, usar sus teléfonos móviles o jugar a videojuegos, a todos ellos se les inculca el espíritu de construcción nacional desde lo civil y lo militar. Es algo que se ha podido ver en numerosas ocasiones, como cuando hemos sufrido inundaciones o la llegada de tifones. El pueblo siempre ha actuado como uno solo. Aunque tengamos un liderazgo en el gobierno, este se ve representado en todos los estamentos, hasta en los poblados más pequeños con los comités populares. Por otro lado, todos los jóvenes deben recibir entrenamiento y formación militar en su etapa universitaria. Preparamos a la población para colaborar unida frente a desastres, emergencias o, como sucedió en esta ocasión, conflictos bélicos.

Operativos de las fuerzas especiales de Vietnam en una calle de Hanoi durante la batalla por la Tierra. Relato extendido de La marca de Odín: Ragnarok.
Operativos de las fuerzas especiales de Vietnam en una calle de Hanoi durante la batalla.

—Salta a la vista que está hecho todo un patriota, teniente Ngoc. Dígame, ¿qué planes de contingencia habían preparado para la batalla por la Tierra?

—¿Si teníamos planes? Claro que teníamos, para todos los escenarios posibles antes de 2012. Después de lo que sucedió en España intentamos aprender de su experiencia y pensar cómo podríamos actuar si volviera a pasar lo mismo en nuestro territorio. Lo único que puedo decir sobre esos planes es que no sirvieron. Nada podría habernos preparado para una situación así con nuestros medios. Nuestros corazones y voluntades sin indestructibles, pero eso no para proyectiles de plasma ni las fauces de un predador hekkar. Dicho lo cual, intentamos prepararnos lo mejor que pudimos. Se movilizó a todo el ejército, especialmente en las zonas más sensibles, como las grandes ciudades. Ahí es donde creíamos que habría más probabilidades de ataque. Se evacuó a parte de la población a las zonas rurales y montañosas, donde creíamos que estarían más a salvo. En el caso particular de Hanói, se organizaron comités de defensa en todos los distritos. Durante dos semanas se preparó la ciudad para convertirla en una trampa mortal para los enemigos.

—Disculpe que le interrumpa, está hablando de los callejones de la muerte, ¿verdad?

—Como ya sabrá, aunque Hanói tiene muchas avenidas, buena parte de la ciudad está compuesta de callejones, muchos de ellos estrechos y angostos. Nuestro foco siempre fue aprovechar nuestras fortalezas para suplir nuestra carencia tecnológica. Sabíamos que un enfrentamiento directo en campo abierto supondría la total aniquilación de nuestras fuerzas militares en los primeros cinco minutos. En cambio, apostamos todo a camuflar nuestros vehículos de combate, ocultar las tropas y diseñar puntos de emboscadas por todo el distrito urbano. La peor parte se la llevó nuestra fuerza aérea, que fue la primera en responder y los sistemas de misiles antiaéreos. Hicieron todo lo que pudieron, pero nuestros cazas de fabricación soviética no eran rival para las arañas…

Instantánea de uno de los escuadrones de Sukhoui Su-27 de la fuerza aérea de Vietnam iniciando combate contra las arañas sobre la ciudad de Hanoi. Relato extendido de La marca de Odín: Ragnarok.
Instantánea de uno de los escuadrones de Sukhoi Su-27 de la fuerza aérea de Vietnam entablando combate contra las arañas sobre la ciudad de Hanoi.

—Aun así, durante los minutos que hicieron frente a las arañas y a las lanzaderas de los hekkar, dieron tiempo para que se preparasen sus tropas y la población civil se refugiara. Si no me equivoco, fueron al menos seis arañas y tres lanzaderas las que tocaron tierra en Hanoi. Aunque puedan parecer pocas, en comparación con la batalla en España, uno podría haber esperado la total destrucción de la ciudad y de su población. ¿Dónde estaba usted justo cuando empezó el ataque?

—No sé si eran pocas en comparación con otros lugares, lo que sí sé es que su potencia de fuego y capacidades eran abrumadoras. Sin ir más lejos, uno de los primeros objetivos de esas arañas fueron varias baterías de misiles antiaéreos en la orilla oeste del West Lake, en Tay Ho. La explosión que causaron fue como una pequeña bomba nuclear. Su onda expansiva me sorprendió mientras estaba terminando de coordinar a varias unidades de fuerzas policiales y de comités de defensa civiles en la orilla sur del lago. Fue algo realmente aterrador. Aunque tenga formación militar, era la primera vez que vivía algo así. Normalmente mi trabajo se había centrado en llevar a cabo investigaciones, más del tipo policial, para que nos entendamos. Jamás había estado en un enfrentamiento armado a gran escala. Si no hubiese sido por los rostros de mi familia, especialmente mi prometida, mi madre y mi hermana pequeña, que no dejaron de darme fuerzas en mi mente y corazón, me habría derrumbado.

Fotografía aérea de la gran explosión de una batería de misiles y depósito de municiones en la orilla oeste del West Lake de Hanoi. Relato extendido de La marca de Odín: Ragnarok.
Fotografía aérea de la gran explosión de una batería de misiles y depósito de municiones en la orilla oeste del West Lake de Hanoi.

—Ese día no lucharon para vencer, ¿me equivoco?

—No, lo sabe muy bien. Teníamos planes, ingenuos, no lo negaré, pero no había vuelta atrás. Combatimos a muerte con el único objetivo de ganar tiempo. Nuestra única esperanza era resistir lo posible para distraer la atención de los enemigos de la población civil el tiempo suficiente para que llegasen los refuerzos del Centro de Defensa de la Tierra y de la Valhalla. Sinceramente, creí que no volvería a ver a mis seres queridos…

—¿Estaban al tanto de la evolución de la batalla en el espacio y en España?

—A duras penas, debido al caos del fragor de los combates y a los fallos en las comunicaciones. La verdad, la única noticia que necesitábamos era ver aparecer los cazas boreanos en el cielo, así que no eché cuenta de lo que sucedía más allá de nuestras fronteras.

—Si me han informado bien, está pendiente de recibir la Orden de la Estrella Dorada, la condecoración más alta que alguien puede recibir en su país. ¿Siente nervios por haber sido elegido para tal honor? ¿Cómo ha sido su vida tras la batalla?

—Sinceramente, la única recompensa que quería era poder mantener a salvo a mis conciudadanos y que mi familia sobreviviera. Nada más. Recibir esta condecoración es un orgullo, por supuesto. Espero que mi ejemplo pueda servir para inspirar a los jóvenes para que no duden a la hora de luchar y sacrificarse por Vietnam. Sobre su segunda pregunta, sería un ingenuo si pensara que mi vida no ha cambiado por completo. Toda nuestra nación está experimentando un cambio radical, al igual que está pasando con toda la sociedad mundial. Ya no estamos solos, ahora debemos asumir una nueva realidad en la que las naciones de la Tierra deben coexistir con nuestros primos lejanos boreanos. Vietnam no es una excepción y puedo sentir que tendremos muchos cambios sociales y políticos en los tiempos venideros. Pero, por el momento, tan solo quiero centrarme en mi trabajo y, si todo va bien, casarme con mi prometida, Oanh, lo antes posible.

—Muy comprensible, teniente Ngoc, muchas gracias por su testimonio. Ha sido muy revelador.

Como pueden ver, son muchas las historias que han pasado desapercibidas de la batalla por la Tierra que nos dan nuevas perspectivas de lo que sucedió. Desde Noticias Directo WebTV vamos a seguir compartiéndolas para que ustedes, nuestra gran comunidad, puedan conocer la información desde todos los puntos posibles y así poder crearse su propia opinión.