Ficha de: General Echevarría

Nombre: General Echevarría

Nacionalidad: España

Fecha de nacimiento: 4 de mayo de 1950

Estado: Casado con Rosario Castilla

Hijos: Dos hijos y cuatro nietos

Profesión: General de Brigada del Ejército del Aire de España y Comandante de la Base Aérea de Morón

Descripción

El general de brigada Diego Echevarría es toda una institución en sí mismo dentro del Ejército del Aire de España. Un viejo dinosaurio como critican algunos, pero el espíritu personificado de los valores de las Fuerzas Armadas, según alaban otros. Lo que está claro es que pertenece a la vieja escuela y quien más, quien menos, le tiene un respeto reverencial.

Diego Echevarría pertenece a una familia de larga tradición militar. Por lo que desde joven se inició en la carrera militar, dentro del Ejército del Aire. Tras su periodo de instrucción fue destinado a la ya extinta Ala 37, como integrante de la 601 Escuadrilla, formada por aviones de combate americanos T-6 Texan.

Ya en sus primeros años destacó como un gran piloto y por sus aptitudes de liderazgo y sacrificio. Fue en 1975, durante la llamada ‘Operación Golondrina’, cuyo objetivo era proteger la retirada de todos los efectivos españoles del Sáhara, donde realizó su primera gran hazaña por la que alcanzaría un gran renombre…

En ese entonces, la 601 Escuadrilla había sido destinada al Sáhara para misiones de vigilancia y de defensa aérea de los convoys y aviones de transporte Caribou del Ala 37. Fue en una misión de vigilancia cuando el entonces teniente Echevarría vio como su compañero de vuelo, el teniente Gallardo, tenía que realizar un aterrizaje forzoso debido a una avería. Gallardo sobrevivió pero se había estrellado en Remz el Benz, un paraje considerado tierra de nadie situado a 150 kms del Aaiún en dirección a Smara. En ese entonces la situación era extremadamente volátil, con los grupos guerrilleros saharauis y el ejército de Marruecos avanzando en su incursión por el Sáhara. Si cualquiera de los dos grupos alcanzaba a Gallardo su desenlace podría haber sido fatal.

Echevarría actúo rápido y se comunicó por radio con la 6ª Compañía de la Colón, perteneciente a la VII Bandera de la Legión, que aún seguían protegiendo el Aaiún. Solicitó el envió de un batallón para rescatar a Gallardo, pero este tardaría al menos dos o tres horas en llegar. Sabedor que su compañero se encontraba sólo y malherido, con su radio estropeada. Echevarría desoyó las órdenes de su superior para regresar a base y se mantuvo volando en círculos apurando hasta el final el combustible. No iba a abandonar a su compañero y amigo.

Pero al final, el depósito de combustible ya no daba más de sí. Por lo que Echevarría ingenió un curioso sistema para comunicarse con Gallardo. Escribió el mensaje “Una compañía del Tercio viene a rescatarte” en su pañuelo del cuello, y lo ató a una llave inglesa que logró lanzar a Gallardo en una arriesgada maniobra. Acto seguido, tuvo que enfilar la ruta de regreso a la base. Poco después los legionarios lograron encontrar a Gallardo y lo rescataron sano y salvo, amén de recuperar también su avión estrellado. Esta hazaña, en unos momentos tan negros para el ejército español, tuvo un gran revuelo y catapultó a Echevarría a una serie de ascensos en los años siguientes.

Con el paso del tiempo, Diego Echevarría se había hecho un nombre, no sólo dentro de España sino en el exterior. Durante cinco años estuvo de enlace en la OTAN del Ejército del Aire y, finalmente, en 1996, fue destinado como comandante de la Base Aérea de Morón. Tras dieciséis años en el puesto, se podría decir que se ha convertido ya en todo un mito dentro de las Fuerzas Aéreas. Y es que Echevarría se ha hecho famoso por su gran diligencia y don de mando, pero especialmente por saber tratar bien a las tropas. No sólo se ha convertido en un líder indiscutible entre los hombres y mujeres a su mando, sino en una especie de padre siempre atento a que no haya ningún problema, ningún conflicto que pueda poner en riesgo la perfecta operatividad de su base.

Actualmente, el general Echevarría afronta la realidad de que los años han pasado muy rápido y que está próximo el momento de su jubilación. Aun así se resiste a aceptarlo, ya que no conoce otra vida que la castrense y siempre ha pensado que el día que cuelgue el uniforme será el de su funeral. Mientras le queden fuerzas, seguirá en su puesto de mando. Asegurándose de que sus pilotos y soldados estén listos, preparados, para servir a su país en el momento que sea preciso con la mejor de las eficiencias.